La doctora Kasper fue una figura clave en la definición de la labor y la misión de la FMH. Como vicepresidente médica de la FMH en los años noventa desempeñó un papel fundamental durante una era transformadora en la que orientó la estrategia, amplió los programas mundiales y profundizó el compromiso de la organización con la atención y el acceso para todos. Su impacto se refleja no solo en los programas y publicaciones de la FMH, sino en el espíritu mismo de la visión de la FMH de Tratamiento para todos.
El siguiente tributo a Carol Kasper fue escrito por Brian O’Mahony, director ejecutivo de la Sociedad Irlandesa de Hemofilia, y anterior presidente tanto de la FMH como del Consorcio Europeo de Hemofilia.
La doctora Carol Kasper, fallecida esta semana a la edad de 89 años, contribuyó de manera extraordinaria al campo de la hemofilia y los trastornos de la coagulación hereditarios. Durante muchos años, Carol fue hematóloga reconocida y directora del servicio de hemofilia en el Hospital Ortopédico de Los Ángeles, EE. UU. Realizó una labor pionera en el diagnóstico de la hemofilia y la genética de la hemofilia y los inhibidores. Publicó múltiples artículos revisados por colegas y fue una reconocida investigadora. Carol fue, asimismo, vicepresidente de la Fundación Nacional de Hemofilia, actualmente la Fundación Nacional de Trastornos Hemorrágicos (NBDF por su sigla en inglés).
Carol tenía el don de hacer accesible información médica o científica compleja. Durante muchos años, hasta principios de la década del 2000, publicó su propio boletín personal sobre la hemofilia, en el que resumía ponencias e información científica presentadas en importantes reuniones y congresos. Muchas personas, entre ellas el suscrito, consideraban a este boletín la mejor publicación del campo en ese entonces. La única medida más propicia para el aprendizaje que asistir a una reunión era leer el resumen de Carol sobre la misma.
Tuve el enorme placer de colaborar con Carol durante seis años, de 1994 a 2000, cuando se desempeñó como vicepresidente médica de la FMH. Fue una verdadera dicha trabajar con ella. Era poseedora de enormes conocimientos que compartía con facilidad. También era muy amable y empática y, en varias ocasiones, la observé ayudar gentilmente a las personas a mejorar su ejercicio de la medicina o su trabajo de laboratorio, sin ningún atisbo de superioridad.
Realmente le encantaba conocer gente y, si le era posible, ayudarla en su labor, lo cual se hacía muy patente en su actitud modesta y amistosa. Disfrutaba especialmente identificando a médicos u otros profesionales de la salud jóvenes y prometedores, y me enviaba frecuentes mensajes sobre nuevas personas que deberían recibir estímulo o mentoría.
Su desprendimiento fue manifiesto en 1996 cuando, con motivo de su 60o cumpleaños, rechazó ofertas para celebrar una cena en su honor y en lugar de esto aseguró el financiamiento para un taller en la región 9 de Estados Unidos, la cual era una región subatendidas en ese entonces.
Contribuyó de manera importante a los programas, las actividades y la dirección estratégica de la FMH durante los años noventa, conforme la organización estableció un nuevo rumbo de desarrollo a escala mundial. Carol fue, igualmente, una excelente compañera de viaje, además de tener un sentido del humor agudo y observador.
Su labor, su calurosa personalidad y su amabilidad contribuyeron enormemente a la FMH y a las vidas de muchas personas con hemofilia, la mayoría de las cuales nunca la conocieron o escucharon hablar de ella. Su legado permanecerá en la memoria de una agradecida comunidad mundial.
Nuestras sinceras condolencias a su esposo Howard, así como a sus familiares y amigos.
—Brian O’Mahony, director ejecutivo, Sociedad Irlandesa de Hemofilia
A nombre de la comunidad mundial de trastornos de la coagulación, la FMH desea expresar sus más profundo pésame a la familia, los amigos y los colegas de la doctora Carol Kasper.